Resumen
Berta Isla es la historia de un matrimonio que transcurre en circunstancias muy especiales a lo largo de dos décadas.
Javier Marías (Madrid, 1951) ha elegido para centrar su novela a dos personajes de su misma generación, la madrileña Berta, y el angloespañol Tomás Nevinson. La notable capacidad para los idiomas de Tomás y el hecho de que su padre fuera funcionario de la embajada del Reino Unido en Madrid, predispusieron su actividad profesional al acabar sus estudios en Oxford, orientándola hacia los servicios secretos. Vencida su inicial resistencia, acaba por ceder a ciertas presiones. De regreso a España contrae matrimonio con Berta en 1974 y fija su residencia en Madrid. Desde allí viaja con frecuencia a Londres por motivos de trabajo y realiza misiones en el extranjero sobre las que no puede dar ninguna información a su mujer. El estallido de la guerra de las Malvinas, en 1982, le obliga a una nueva misión secreta de la que no regresa. Berta permanece sola y sin noticias durante doce años, sostenida económicamente por la embajada británica, hasta que, por fin, en 1993, se aclara el destino de Tomas y su vida cobra un nuevo curso, ya en plena madurez.
La obra aparece narrada alternativamente en primera persona por Berta y en tercera persona por un narrador omnisciente. A través de esta doble perspectiva el autor analiza los sentimientos de una mujer en permanente espera y de un hombre en permanente tensión y privado de una vida familiar estable. Sobre este fondo temático, lejanamente inspirado en la historia legendaria de Odiseo y Penélope y, en referencias más cercanas al relato: La mujer de Martin Guerre, de Janet Lewis y otros títulos clásicos, Javier Marías desarrolla una trama donde ciertos elementos del género de espionaje se funden con el análisis psicológico de los estados de ánimo de los dos protagonistas. Berta afronta la difícil situación de criar sola a sus dos hijos y de considerarse viuda sin estar segura de serlo, mientras que Tomás se ve obligado a adoptar distintas personalidades sin poder sentirse el mismo ni recurrir al apoyo afectivo de nadie. Escrita con un estilo de factura tradicional y vocabulario correcto pero estéticamente no muy elaborado, donde predomina la forma indirecta sobre el diálogo, la obra plantea temas interesantes, como la soledad, la espera y la búsqueda de la propia identidad pero desde la posición posmoderna, de duda e interrogación, en cuyo fondo apenas hay respuestas. La visión del matrimonio se centra en la relación física de los cónyuges, se excluye la fidelidad antes de contraerlo y en el caso de Berta y Tom, incluso después, según expresas descripciones al respecto.
