Resumen
En el Madrid de 1808 sitúa
José Maria Cuadro el arranque de su novela histórica
La Cruz blasfema, en plena invasión napoleónica con aspiraciones a dominar la Corona de España. En ese ambiente crispado se suceden una serie de extraños crímenes que el alguacil mayor de la Casa y Corte, Beltrán Ramírez, investiga sin apenas datos quien además debe encargarse de rescatar unos documentos secretos en el Monasterio de El Escorial cuyo contenido afecta seriamente a los Borbones. En un clima enrarecido y con la inminente amenaza del ataque francés un siniestro monje ávido de sangre y poder, Fray Bernardo, actúa impunemente cometiendo toda clase de inmoralidades en nombre de Dios siendo las mujeres especial objeto de su "ira santa". Las reminiscencias de la inquisición, la actuación de una sociedad con rasgos masónicos y alguna historia de amor furtivo se entrecruzan en esta atmósfera de ignorancia, vicio y miedo. Cuando el 2 de mayo surge el levantamiento ciudadano y muchos madrileños pierden la vida bajo las armas francesas las pesquisas sobre la auténtica personalidad de Fray Bernardo han avanzado mucho y logran esclarecer la verdad acerca de sus tropelías.
La obra entrelaza varias subtramas con el trasfondo de la Guerra de La independencia en las que hay de todo: brutalidad contra los más débiles, satanismo y referencias blasfemas, apuntes sexuales de diferente índole incluyendo una violación, etc., todo mostrado de forma cruda. Una narración sencilla y lineal espiga algunos acontecimientos históricos del momento pero ante todo se centra en aquellos aspectos más sórdidos y truculentos de sus personajes, especialmente de los representantes de la Iglesia, un clero sumamente depravado y esperpéntico cuyas conductas y diálogos producen rechazo y pueden confundir al lector sin formación. El conjunto, sin grandes pretensiones literarias adquiere tonalidades excesivas y su lectura no resulta grata.