Resumen
Esta novela, aparecida en 1963, cuatro años después de ?El tambor de hojalata?, repite el esquema de esta, en cuanto que también representa un gran fresco de la vida alemana de este siglo. Sin embargo, aquí no es uno el protagonista, sino tres los personajes que ocupan sucesivamente el lugar principal en cada una de las partes en que se divide la narración.
Las semejanzas con ?El tambor de hojalata? alcanzan no sólo a la temática sino también a la técnica narrativa y al estilo. Como en aquella, el autor realiza un gran despliegue imaginativo, a lo largo de la ingente extensión de la obra, combinando un minucioso realismo descriptivo con el tratamiento surrealista de situaciones y personajes. Grass insiste en su propósito de irritar y desconcertar al lector, pero en esta novela su provocación resulta menos eficaz porque los personajes tienen menos fuerza literaria que Oskar, el extraño tamborilero. La peculiar visión que se ofrece de la historia alemana es de una gran mordacidad, en especial al referirse al período nazi, cuya crítica es una de las partes más logradas de la obra, junto con algunas escenas representativas del renacer burgués durante la siguiente posguerra. El estilo es una mezcla barroca de poesía, juegos vanguardistas e ironía amarga, todo ello bien ensamblado por medio de un lenguaje rico y hábilmente utilizado, aunque, a veces, poco flexible por su excesiva solidez léxica.
La obra encierra una visión pesimista de la vida humana. El continuo juego simbólico entre ?Años de perro? y ?Años de hombres? deja construir una consideración vital escéptica, con matices existencialistas, ya que hombres y perros aparecen como seres para la nada. Vivir y morir son hechos mecánicos y absurdos, sin ningún significado en un mundo desbocado y cruel. La esfera afectiva no tiene cabida en este planteamiento y el amor se reduce a una sexualidad instintiva, un placer rutinario semejante al de cualquier animal. Como en otras obras, el autor vierte aquí también sus agresivos sentimientos hacia el catolicismo, especialmente patentes en una escena erótica situada en el interior de una iglesia.
