Resumen
Novela de acción, ambientada en Inglaterra entre 1135 y 1174, protagonizada por una familia de maestros canteros que participan en la construcción de una catedral, y por los dos hijos de un conde que luchan por recuperar el feudo de su padre. El autor intenta revivir el espíritu de los hombres que hicieron posibles las catedrales románicas y góticas con su trabajo, su influencia o su dinero, pero le faltan dos cosas para lograr este proyecto: conocimiento del medievo europeo y capacidad para comprender la religiosidad cristiana de la época. Con estas carencias, ha logrado un relato de aventuras muy americano y muy siglo XX, pese a las apariencias, y cuyos ejes argumentales son el dinero, el poder y el sexo. Algunas descripciones ambientales están bien conseguidas y ciertos momentos de tensión mantienen despierto el interés del lector. Pero el conjunto, demasiado prolijo, suena a falso, apoyado en recursos narrativos muy pobres y repetidos hasta la saciedad. El estilo, directo y convencional, está poco elaborado pero se lee muy fácilmente, lo que explica el éxito comercial de un libro que no destaca por sus cualidades literarias. Follett, experto en la construcción de superventas, ha utilizado en su provecho un tema interesante, que maltrata en sus facetas mejores y explota en las peores y más bárbaras. Clero, obispos, monjes aparecen como ambiciosos y corruptos, los nobles como déspotas crueles, y la violencia constituye la base de las relaciones humanas. El dinamismo de la acción procede de escenas de violencia y de episodios sexuales teñidos de brutalidad y descritos con abundantes detalles.