Resumen
Care Santos regresa con una saga familiar, la de los Pujolá que en el siglo XIX llegan desde Olot a Mataró para instalar un negocio de tintorería, una familia acomodada que suele veranear en Argentona y que, generación tras generación, protagonizan un sinfín de encuentros y desencuentros, matrimonios con diversa suerte, infidelidades, dramas, venganzas e incluso asesinatos.
Diamante azul es una novela de sabor costumbrista basada en anécdotas e historias familiares de la autora en la que la figura central es Teresa Pujolá, una joven a la que intentan casar con un notario al que no quiere mientras ella está enamorada del lechero, y, a pesar de las dificultades, ella consigue su objetivo. La trama, junto con las aventuras y amores de la saga, recorre también la trayectoria laboral y los vaivenes económicos de los tintoreros, las huelgas de trabajadores y las maniobras de algunos miembros de la familia Pujolá concluyendo en los años veinte del siglo XX. En el desarrollo de los acontecimientos de estos dos siglos las mujeres tienen una especial importancia ya que son bastante avanzadas para su tiempo y se rebelan contra lo establecido con decisiones sentimentales no acordes al momento.
La autora ambienta con acierto la novela ofreciendo un fresco del desarrollo de la burguesía catalana y del Mataró industrial con una prosa viva y cercana, un ritmo adecuado y unos personajes bien tamizados, aunque con ciertos convencionalismos en algunos casos. Care Santos retrata las costumbres sociales de esos años y va lanzando mensajes de apertura a la modernidad, destacando por ejemplo, como elemento innovador, la llegada del cine a la ciudad. A través de las conductas de sus protagonistas se despliega un elenco de aventuras extramatrimoniales, traiciones, hijos ilegítimos y amores clandestinos, expresados en ocasiones con erotismo. En esta línea de crítica a la época descrita se deslizan numerosos comentarios anticlericales. La estructura empleada de capítulos cortos y constantes saltos temporales a veces resulta confusa, especialmente en la última parte del libro, en la que la profusión de sucesos y nombres junto con cierta aceleración del ritmo provoca un final algo precipitado y el cierre no es tan hábil como el arranque. Dado el extenso elenco de personajes se agradece el árbol genealógico que se inserta.