Resumen
Nueva aventura de la serie de novelas protagonizadas por un monje benedictino galés del siglo XII, que en esta ocasión abandona su abadía para rescatar a su hijo, nacido en la época en que aquél fue cruzado, que ha caído prisionero durante la guerra civil que asola en aquellos momentos el reino inglés.
La acción, localizada hacia 1146, no se centra, como es habitual en las historias de fray Cadfael, en una intriga de carácter policíaco, sino que tiende a una temática de fondo histórico, reflejando la situación político-social por la que atravesaba Inglaterra a la muerte del rey Enrique I. El espíritu caballeresco medieval queda evocado en términos sugestivos, a la vez que los deseos de paz y prosperidad del pueblo, cansado de la guerra entre los dos aspirantes que se disputaban el trono durante años, arruinando al país. La trama argumental está bien construida, las situaciones resultan interesantes y el estilo es ameno, sencillo y fácil de leer, aunque no brillante.
Para rescatar a su hijo, el monje deja su abadía de forma irregular, resolviendo el conflicto entre obediencia y sentimiento a favor de este último. Cumplido su propósito, vuelve a su lugar de origen, dispuesto a someterse a la penitencia que se le imponga, aunque no arrepentido de su forma de actuar. La actitud comprensiva del abad evita llevar a extremos dramáticos esta situación.
