Resumen
Cuarta novela de la serie de aventuras náuticas protagonizada por el capitán Aubrey y el doctor Maturín, al servicio de la Armada inglesa durante las guerras napoleónicas. Tras largo tiempo de inactividad forzosa, Maturín consigue para su amigo el mando de un navío destinado a formar parte de una flota que parte a conquistar las islas Mauricio y Reunión en el Océano Indico.
La obra, muy similar al resto de las de la serie a la que pertenece, difiere de éstas en cuanto a que en ella la acción está algo más diversificada: el no limitarse al estricto tema de la navegación a vela hace más variado y entretenido el desarrollo argumental. El autor consigue crear un clima dinámico y tenso ante la expectativa de los combates navales, en este caso contra la armada francesa. A la vez, la amistad que une a los protagonistas, pese a sus marcadas diferencias de carácter, supone un eficaz contrapunto psicológico al riesgo de un excesivo predominio de lo puramente externo. La disparidad de religión entre el anglicano Aubrey y el católico Maturín no constituyen una fuente de enfrentamiento entre ellos, sino un ejemplo de tolerancia mutua. Sus puntos de vista son distintos en temas como la pena de muerte y la dureza con que se trataba a la marinería en los barcos de la marina británica, pero no se polemiza sobre ellos. Escrita con estilo correcto y ágil, es ésta una novela que gustará a los aficionados a un tipo de lecturas de las que es un ejemplo significativo y digno de tener en cuenta.
